miércoles, 30 de noviembre de 2011

RESEÑA HISTÓRICA DE LLALLAGUA

Llallagua es una zona minera que pertenece al Departamento de Potosí (Bolivia). La población que vive en esta zona es quechua y aymara.
“Llallagua” (en su forma más usual) o “Llallawa” (como se escribe en los diccionarios del idioma Quechua) es el nombre que dan los indígenas de los Andes a un espíritu benigno que trae abundancia en las cosechas de la papa o patata, el producto más importante para su subsistencia. Este tubérculo se presenta en los cultivos un poco más grandes de lo normal y de forma un tanto irregular, como de dos papas unidas entre sí.
En los tiempos del Imperio Incaico los nativos de la región llamaron “Llallagua” a la montaña, que se halla al oeste de la población, por contar con dos cumbres en configuración parecida a la del tubérculo de la buena suerte; que fiel a su tradición folklórico, trajo abundancia… Pero de un valioso metal a una nación minera que iba hundiéndose en el pauperismo por vivir aferrada, demasiado tiempo, a la explotación de filones de plata día a día más escasos y de ley cada vez más pobre.  El milagro de la “Llallagua” cordillerana se inició, justamente, en circunstancias en que las cotizaciones de la plata acentuaban su descenso y Bolivia se veía ante un sombrío porvenir de miseria, con el agravante de haber sufrido, en una guerra reciente, la mutilación de la parte más importante de su geografía, del litoral oceánico por donde se comunicaba con el mundo exterior.
La montaña de Llallagua (4.675 metros sobre el nivel del mar), una entre las miles y miles de gibosidades andinas, ubicada en el centro de Bolivia, ha sido desde fines del siglo pasado un centro neurálgico en la vida de la república. Lo ocurrido en ella ha repercutido y tenido influencia en el destino político, económico y social de toda la nación. En ella se organizó la primera industria moderna de Bolivia y la mina de estaño más grande del mundo. En ella nació el sindicalismo minero.  En ella se ganó la reducción de la jornada de trabajo a 8 horas.  En sus faldíos se vertió sangre de obreros y empleados.  En ella hicieron gran fortuna pioneros como Pastor Sainz, John B. Minchin y Simón I. Patiño, éste último considerado “rey del estaño” con la montaña de Llallagua sirviéndole de trono. Se estima que entre 1900 y 1952, salieron de los socavones de este yacimiento minero más grande del mundo, más de 30 mil toneladas métricas de estaño fino.  En ella instalaron su plaza fuerte corrientes políticas de izquierda que abrieron surco para una revolución económica y social.  En ella se echaron a rodar los dados de la suerte económica del país al estatizarse la minería mayor.


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